Paisaje


La mejor forma de describir el aspecto de Extremadura es un territorio de colinas onduladas en el que pueden distinguirse dos tipos distintos de paisaje: las estepas y las dehesas.

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Las estepas están formadas por interminables llanuras onduladas en las que crece la hierba y las plantas aromáticas. Gracias a la amplitud y la tranquilidad, pueden encontrarse todaví­a muchas especies de aves poco comunes, que incluyen el sisón común y la avutarda, la codorniz, el alcaraván, la ganga ibérica y la ganga ortega, la canastera común, el aguilucho cenizo, la carraca europea, el alcaudón real y la calandria común.

Las dehesas son extensos bosques de encinas y alcornoques, en los que los árboles crecen con amplias separaciones entre ellos. La vegetación de matorral es escasa o casi inexistente. Las dehesas son el territorio donde anidan, entre otros, el buitre negro y el águila imperial, y tienen una gran importancia para las grullas comunes que acuden a pasar el invierno.

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El paisaje extremeño está atravesado por dos ríos principales: el Tajo y el Guadiana. Extremadura limita al norte con la Sierra de Gredos, con cumbres de más de 2500 metros. Tambien surcan la región varias cadenas montañosas de interior, como la Sierra de San Pedro y Las Villuercas. En el sur, Extremadura limita con Sierra Morena.

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